La Aromaterapia es una disciplina terapéutica que aprovecha las propiedades de los aceites esenciales extraídos de las plantas aromáticas, para restablecer el equilibrio y armonía del cuerpo y de la mente para beneficio de nuestra salud y belleza.
La palabra "aroma" significa olor dulce, y "terapia", tratamiento diseñado para curar. A diferencia de otras terapias, el potencial curativo de la aromaterapia procede de su capacidad para promover la relajación y, al mismo tiempo, generar una sensación de alegría o tranquilidad en el receptor.
Los aromas actúan en nuestro interior por asociación de imágenes, evitando la intervención de nuestra parte consciente que todo lo analiza y todo lo traduce a palabras comprensibles.
Es por esta razón que se considera a la Aromaterapia como el lenguaje del alma: aquello que nuestro cerebro percibe a través del olfato, lo sitúa en el área de las percepciones espirituales, armonizando nuestro cuerpo energético y accediendo de este modo a la regulación del área física que necesite ser reconstituida.
Las investigaciones han demostrado que las personas responden a los olores a un nivel emocional superior al de los otros sentidos. Un aroma puede desencadenar toda una sucesión de recuerdos casi olvidados - la zona del cerebro asociada con el olor es la misma que la de la memoria. La región olfatoria es el único lugar de nuestro cuerpo donde el sistema central está relacionado estrechamente con el mundo exterior, de este modo, los estímulos olfativos llegan directamente a las centrales de conexiones más internas de nuestro cerebro. Las neuronas de la región olfatoria son neuronas sensitivas primarias y forman parte de las neuronas cerebrales.
Por otra parte, cuando se huele algo se evoca la memoria emocional, se puede relacionar las emociones. Así, la memoria asociativa de aromas y situaciones generan el aprovechamiento de los aceites para uso terapéutico, pues la conciencia registra el aroma con la ambientación. Algunos aceites tienen la propiedad de transformar y equilibrar nuestras emociones, reduciendo la ansiedad, la depresión o la fatiga mental.
La aromaterapia actúa sobre los planos sutiles por ello ayuda a la meditación, visualizaciones, concentración y a todas aquellas técnicas destinadas a buscar el equilibrio y armonía interior.
Cuando se inhala un aroma, las moléculas volátiles del perfume viajan por la nariz y las membranas olfatorias, que están bien protegidas por las mucosas, las atrapan. Cada molécula de la fragancia se acopla perfectamente al espacio de la célula receptora específica que reviste la membrana epitelio olfatorio. Estos cientos de millones de células nerviosas receptoras se regeneran cada 28 días. La membrana de las células nerviosas emite impulsos eléctricos al bulbo olfatorio en el cerebro cuando es estimulada por las moléculas olfativas. Luego, el bulbo olfatorio trasmite estos impulsos al centro gustativo, a la amígdala (centro emocional cerebral) y al resto del sistema límbico (hipocampo, etc.). El sistema límbico está directamente conectado con aquellas partes (hipófisis-hipotálamo) que controlan el ritmo cardíaco, la presión arterial, la respiración, la memoria, los niveles de estrés y el equilibrio hormonal, los aceites esenciales ejercen efectos psicológicos y fisiológicos profundos.
La AROMATERAPIA ha investigado los efectos sobre el sistema nervioso central y principalmente sobre las emociones, que numerosas plantas aromáticas provocan al ser inhaladas.
Mencionaremos algunos de los aceites esenciales que nos pueden ayudar a sobrellevar los diversos malestares derivados de la vida en la actualidad:
BERGAMOTA: Reanimador, tranquilizante y relajante sin efecto sedante. Alivia la tensión, la ansiedad, el negativismo extremo y la depresión.
CITRONELA: Aroma muy agradable, fresco, dulce y alimonado, quita los olores desagradables de la casa, se emplea como desinfectante.
EUCALIPTO: Tos, catarros, asma, alergias, diabetes, expectorante muy indicado para fumadores.
LAVANDA: Dolores de cabeza, antidepresivo, reumatismo, desordenes cardíticos, agotamiento y padecimiento del hígado.
LIMON: Refrescante diurético, desinfectante, adelgazante, hemorroides, varices, linfática, trastornos circulatorios.
MANDARINA: Sedante y calmante para las dolencias digestivas, muy adecuado para los niños pequeños, calmante para problemas nerviosos.
MANZANA: Regulas las funciones intestinales, hipertensión, enfermedades del riñón, gota, aumenta la memoria.
MEJORANA: Anti-ronquidos, alivia migrañas y jaquecas, gradúa la temperatura, dolores musculares, favorece el sudor, fortalece los nervios.
POMELO: Favorece las defensas inmunitarias, reduce los síntomas causados por bronquitas y paracitos; agudiza el poder mental.
ROMOME: Energético natural, dolores musculares, hemorroides, tensión baja, trastornos circulatorios, lumbago.
SANDALO: Ansiedad, depresión, trastornos del apetito sexual, insomnio, dolor de garganta, resfriados, náuseas y vómitos. Elimina la energía negativa concentrada en personas y ambientes.
VAINILLA: Antidepresivo, calmante, ansia, stress, relajante.
VIOLETA: Actúa como antidepresivo, estimulante circulatorio, sedante, reduce la tensión premenstrual y los trastornos de la menopausia.
YLANG-TOP: Eleva el tono moral, clarifica la vista y estimula las apetencias sexuales.